sábado, 29 de enero de 2011

La ruta del Éxodo


No, en este post no voy a hablar de ella... aunque sería interesante hacerlo alguna vez, cuando tenga tiempo.

La "ruta del Éxodo" a la que hago referencia es académica. Un compañero, con mucho acierto, ha dicho que "estamos viviendo un éxodo del primer cuatrimestre al segundo, hasta llegar al final del curso. Mientras tanto, vamos penando por el desierto como el Pueblo de Israel, de examen en examen."

Yo espero llegar a la tierra prometida, mientras tanto, disculpen mi ausencia por estos lares. Prometo volver a la carga en cuanto pueda.

Rezad por mí, para que el Jefe me eche una manilla.

Un abrazo a todos, os sigo leyendo.

PD: Os pongo la canción "Si tienes fe", de la banda sonora de la película de dibujos El príncipe de Egipto.



viernes, 21 de enero de 2011

"De dioses y hombres"


Ahora que llega el fin de semana os recomiendo, mis queridos lectores, que si tenéis la posibilidad vayáis al cine a ver "De dioses y hombres".

Os pongo aquí una crítica sobre la película, a ver qué os parece:


"De dioses y hombres " está basada en un hecho histórico. La matanza de siete monjes cistercienses en Argelia en 1996, tras su secuestro por un grupo terrorista. Un hecho que, según las hemerotecas, aún presenta puntos oscuros.

El director Xavier Beauvois toma esta premisa para adentrarnos en la anatomía de una elección moral y vital. La de unos religiosos, perfectamente integrados en la comunidad musulmana en la que se emplaza su monasterio, y que ven amenazada su tranquilidad por los convulsos brotes de violencia que sacuden la región. Ante la amenaza a sus vidas deberán elegir entre sus convicciones y sus vidas, unas vidas que, como cualquiera de nosotros, ellos aprecian profundamente.

Si existe un primer elemento digno de alabanza en la película es la forma en que se consigue introducir al Espectador en la vida cotidiana de los monjes. La cinta se desarrolla casi de forma minimalista en la mayoría de sus tramos, sin prisas, describiendo perfectamente las costumbres y ambiente, la tranquilidad y religiosidad de la vida en el Monasterio. Tanto es así que viene a la mente inevitablemente durante gran parte del visionado la casi experimental "El gran silencio ", filme este en cuyo extenso metraje no existe más sonido ni diálogo que el canto de los pájaros, el sonido del viento, y el canto de los propios Monjes.

"De dioses y hombres " no llega a tanto, pero convoca sensaciones parecidas mientras la violencia aparece poco a poco reptando por las rendijas de la normalidad. Y eso hace que esa violencia sea más palpable e invasiva, empatizándose perfectamente con los Monjes y sus sensaciones y emociones. Todo ello con una dirección formal y una fotografía espléndidas, y con una interpretación sobresaliente.

Todo su reparto está brillante, del primero al último, pero la interpretación de Michael Lonsdale y Lambert Wilson transmiten sencillez y verdad, y son el apoyo perfecto para que el mensaje se entienda, aunque en algún momento de su tramo final el filme se recrea en el mismo algo más de lo necesario hasta su poderoso final.

Y es un mensaje que cala y emociona gracias a su libreto, y más allá de las convicciones religiosas de cada uno, ya que habla de la elección de ser fieles a lo que creemos, a lo que somos y a lo que pertenecemos, y hasta qué punto somos capaces de aceptar las consecuencias de esa fidelidad.

Espléndida.

Javier Lacomba Tamarit


Fuente: elmulticine.com


Trailer:




Aquí tenéis la sinfonía de Beethoven que aparece en el trailer, es la número 7, mvt. 2

jueves, 20 de enero de 2011

En el horizonte...

Ya se ven los exámenes de febrero. Este año es un poco más desahogado que el anterior, porque algunos exámenes los hemos adelantado y otros atrasado, de modo que:

-El 31 de este mes tendré Teología Espiritual, examen oral.
-El 3 de febrero Seminario Metodológico, parte escrita y exposición de un trabajo, el mío se llama Mater Ecclesiae, Notas eclesiológicas sobre la Madre de Dios.
-El 7 Mariología ,examen escrito.

Y, por último, fuera del calendario de exámenes, el primer parcial (oral también) de Misterio de Dios... que por su extensión y complicación (hay que saberse de memoria muchas citas bíblicas) lo hemos dejado para el 25 de febrero.

Bueno, pues así está el panorama.

En otro orden de cosas, ya casi estoy acabando Escatología, de Ratzinger. Un libro muy bueno, a veces denso, que requiere de una base antropológica, teológica, bíblica y filosófica previa porque, de lo contrario, habría muchas cosas que no se entenderían nada.

De él me ha llamado la atención algo que leí sobre el carácter dialogal de la inmortalidad. Sobre esto Ratzinger comenta una homilía de san Gregorio de Nisa sobre las ocho bienaventuranzas.



San Gregorio comenta la palabra del Señor, la predilecta sin más de los Padres de la Iglesia, "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios",(Mt 5,8). Luego viene la palabra de Jesús en la oración de sumo sacerdote " Pues esta es la vida eterna: que te conozcan..." (Jn17,3). Aquí entroncamos con el anhelo griego de contemplación, el saber griego en el sentido de contemplar es vida, de que el conocimiento, el desposorio con la verdad es vida, esta gran tendencia del espíritu griego hacia la verdad se encuentra aquí confirmada e incorporada.

Pero esta palabra de esperanza y promesa tiene que convertirse en el hombre, en primer lugar, en una palabra de desesperación, en expresión de lo absurdo de la existencia ya que, en efecto, ver a Dios, la Verdad, es la vida, pero la originaria sabiduría de los pueblos, y lo mismo en la Biblia desde el Pentateuco hasta Pablo y Juan, repiten: nadie puede ver a Dios. Así se describía en el A.T. "quien ve a Dios muere".

Esto quiere expresar que el hombre, el cual quiere ver a Dios, es incapaz por sus propias fuerzas de llegar hasta Él. No tiene, por así decirlo, "derecho" de Dios. Para visualizar lo dicho hasta aquí, Ratzinger pone la siguiente comparación: Así que la situación del hombre es como la de Pedro, que intenta andar sobre las aguas, quiere acercarse al Señor y no puede. Por hablar de alguna manera, el filósofo es Pedro en el mar; con sus especulaciones quiere acabar con la mortalidad y contemplar la vida. Pero no lo consigue. Acaba por hundirse. Al final no le basta para levantarse toda la fuerza de sus especulaciones sobre la inmortalidad.

Las aguas de la caducidad superan su voluntad de contemplación. Lo único que puede salvar a Pedro - al hombre- que se hunde es la mano tendida del Señor. Y esta mano tendida nos agarra en la palabra: bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

El conocimiento filosófico se reduce a un caminar sobre las aguas, no puede ofrecer terreno firme. Sobre el mar de la caducidad nos puede mantener en pie únicamente aquel que, en cuanto Dios hecho hombre, nos saca y nos mantiene con su fuerza. Y su promesa dice así: La visión de Dios, que es vida, no la alcanza la especulación del pensamiento sino la pureza del corazón sencillo, la fe y el amor que se confían en la mano del Señor.

De este modo, la idea platónica de la vida proveniente de la verdad se profundiza aquí gracias a su transformación cristológica hasta llegar a una concepción dialogal del hombre, la cual contiene al mismo tiempo afirmaciones muy concretas sobre lo que lleva al hombre por el camino de la inmortalidad, cambiando, por ende, el tema aparentemente especulativo en algo práctico: "la limpieza del corazón" que se da en la diaria paciencia de la fe y el amor que encuentra su apoyo en el Señor, lo que hace posible la paradoja de caminar sobre las aguas, haciendo que alcance la plenitud de su sentido lo absurdo de la existencia humana. (cf. Gregorio de Nisa, OR. 6, De beatitudinibus, PG 44, 1263-1266)

domingo, 16 de enero de 2011

La Divina Providencia


Resulta que los Reyes Magos han sido excesivamente generosos conmigo regalándome algo muy grande para mí.

Me han regalado un viaje, de ocho días de duración.

Resulta que ese viaje es a la ciudad de mis amores, en la cual ya estuve una vez con 18 años y, desde entonces, siempre he querido volver.

Esa ciudad es Roma y... ¡podré estar en la beatificación de Juan Pablo II!

Estoy verdaderamente feliz, es cosa de la Divina Providencia, porque las fechas ya estaban cerradas hace tiempo y resulta que coincide mi estancia con la beatificación.


Para celebrarlo os pongo aquí una canción que me gusta mucho de Matt Monro, que canta como Frank Sinatra, de hecho la primera vez que la escuché pensé que era de él.

¡Buen domingo!





Foto: Triunfo de la Divina Providencia, de Pietro Da Cortona, Palacio Barberini, Roma. (Es un fresco pintado en el techo, impresionante)

sábado, 15 de enero de 2011

Juan Pablo II, camino de los altares


Hemos recibido una gran noticia, el Santo Padre Benedicto XVI firmó el viernes 14 de enero el decreto de reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II. Asimismo se ha fijado la fecha de su beatificación, que tendrá lugar en el Vaticano el domingo 1 de mayo.

Son muchas las semblanzas, reflexiones y artículos que en la prensa escrita y digital van a dedicar a JPII, algunas favorables y otras desfavorables como en todo, de modo que yo no voy a traer a mi blog nada de eso, que ya tendremos ocasión de leer mucho hasta la fecha, sino un artículo que escribió Federico Jiménez Losantos cuando murió el papa, ya que me parece interesante:


Columna publicada el 07-04-2005


Juan Pablo II ha sido uno de los papas más importantes de la Historia, sin la menor duda. Pero ha sido también uno de los políticos más importantes del siglo XX. Con Ronald Reagan y Margaret Thatcher consiguió frenar la decadencia terrible de Occidente, que caminaba con el silencio de los corderos hacia las fauces del imperio soviético, e invertir la tendencia de una forma radical. Los que no vivieron los años ochenta nunca podrán hacerse una idea de lo difícil que era romper con un paradigma arrollador que en la economía, la política y la religión suponía la permanente y aplastante legitimación intelectual del socialismo; o lo que es lo mismo, la deslegitimación de la Libertad. Los cuatro primeros años de aquella década fueron una titánica empresa de reanimación, en algunos aspectos de auténtica resurrección, de los grandes valores occidentales, frente a un totalitarismo que no estaba dispuesto a renunciar a su presa. No por casualidad, esos tres grandes líderes occidentales de finales del siglo XX sufrieron atentados gravísimos. Y el más terrible de todos fue el del Papa. Si la URSS no hubiera fallado en su designio criminal, es difícil saber qué mundo tendríamos hoy, pero seguro que no era mejor que el actual. Menos libre, sin duda. Sólo por eso, pues, los liberales de todo el mundo, creyentes o no, estamos de luto por el hombre que ha sabido morir como vivió: dando ejemplo.

Esas tres figuras gigantescas, que realmente acabaron con el imperio criminal más terrorífico de la Historia, fueron después difuminándose, bien por dejar sus cargos, bien porque ya habían logrado cambiar el mundo al hundirse el Muro, arrastrando a la URSS, y encauzaron su energía en otras direcciones o hacia otros ámbitos. Pero a los más jóvenes les resultará difícil entender el grado de intensidad de su compromiso con una causa casi perdida y cómo consiguieron galvanizar a toda una generación occidental, que es la nuestra. Fueron tres líderes muy distintos pero complementarios. Si desde el punto de vista intelectual fue Thatcher la que más abiertamente desafió el dogma socialista en todos los ámbitos, sólo la extraordinaria tenacidad política de un americano optimista y de principios como Ronald Reagan pudo lograr una reconstrucción económica y militar de Occidente tan gigantesca que, cuando la URSS quiso emularla, se colapsó. Sin embargo, el que quizás partía en peor situación, el que tenía la casa más revuelta, era el Papa polaco, Karol Wojtyla, que no sólo quería y debía hacer frente al totalitarismo soviético que ocupaba su patria y toda la Europa del Este, sino que además tenía dentro de su propia Iglesia un caballo de Troya descaradamente comunista, abiertamente totalitario y prosoviético: la Teología de la Liberación.

Plásticamente, nada pueda igualar las imágenes del Papa reuniendo a millones de personas en Polonia frente a la dictadura de Jaruzelsky, que antes de hundirse en el cieno de la Historia cometió asesinatos tan espeluznantes como el del cura Popieluzsko. Pero hay otra imagen que, aparte del teológico, tuvo un valor político, ideológico y moral incalculable: la del Papa en el aeropuerto de Managua, cuando uno de los curas ministros de la dictadura sandinista, Ernesto Cardenal, hincó o fingió que hincaba la rodilla para besarle la mano, encontrándose con el dedo admonitorio de Juan Pablo II, que de forma inequívoca le anunció el final de la tolerancia con el totalitarismo ensotanado. Ese gesto de autoridad, teatral y real, supuso el réquiem de ese leninismo disfrazado de teología que estaba devorando Iberoamérica. También fue la señal para que toda la Izquierda internacional se lanzara en tromba contra el Papa. Nunca se ha insultado tanto a nadie, ni a Reagan entonces, ni a Bush ahora. Pero el mundo supo que, mientras viviera, el Papa no iba a cambiar de principios ni de política. Ha vivido mucho, ha hecho mucho, deja tras de sí el afecto de millones de personas que, incluso sin compartir su fe o sin tener ninguna han vivido con él esa forma de agonía que es siempre la lucha por la libertad. Pese a que en Croacia, en Cuba o en Irak el Vaticano se haya apartado de las posiciones liberales en política exterior, nunca se le ha criticado. Nunca fue un enemigo. Es tanto lo que ha hecho por la libertad -también por España- que nunca dejamos de considerarle uno de nuestros líderes; de los pocos que, durante toda nuestra vida, llevaremos en el corazón.


FJL

miércoles, 12 de enero de 2011

El primer examen

Ya he tenido el primer examen del curso, un parcial de Antropología Teológica.

Yo creo que me ha salido bastante bien, pero claro, hasta que no me den la nota no me atrevo a cantar victoria.

En dicho examen entraban ocho temas, que abarcaban desde la Creación hasta el hombre sujeto social, pasando por cristogénesis en la cosmogénesis, hombre imagen y semejanza de Dios, sujeto encarnado etc. Todo ello siguiendo siempre el mismo patrón de estudio: Qué dice la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la liturgia, el desarrollo teológico de la cuestión ,el Magisterio de la Iglesia y la situación teológica actual de la cuestión a tratar.

También he entregado ya mi trabajo sobre el Libro de la Vida de Santa Teresa para Teología Espiritual, que me ha tenido ocupado estos días de vacaciones. ¡De modo que ahora toca un poco de relajación!

Aunque el momento relax debe ser corto... pues aún hay trabajos por hacer y ya mismo comenzamos los famosos exámenes de febrero.

¡Un abrazo a todos!

PD: En Málaga van a estrenar la película "De dioses y hombres" pero parece ser que sólo en v.o.s.e. en un cine, el mítico cine Albéniz de Málaga, que antaño fue de lo mejor y ahora se ha quedado para proyectar cine más bien alternativo y las peliculas del Festival de Cine de Málaga cuando toca.

En fin, a mí ver películas en v.o.s. no me desagrada, estoy acostumbrado a ver series así en inglés pero claro... una pelicula tan profunda como ésta y además en francés, que no sé practicamente nada y lo poco que aprendí en bachillerato lo olvidé pues... no pinta bien la cosa.

viernes, 7 de enero de 2011

Los niños enfermos

Los Reyes Magos se han portado muy bien, han traído muchos regalos. Con todo, ya dije que el mejor regalo es haber podido pasar esta Navidad con mi sobrina.

Por eso mismo, me ha parecido muy oportuno recordar en mi blog a todos los niños que están enfermos, que han pasado las fiestas en el hospital, a sus familias.

Pidamos al Señor por todos ellos ya que son, sin duda alguna, nuestro tesoro más preciado.




martes, 4 de enero de 2011

Reyes Magos


Espero que todos hayan sido buenos porque mañana por la noche... ¡vendrán los Reyes Magos!

Recuerdo que de niño, vamos, eso fue "antes de ayer" jeje, era para mi hermana y para mí una noche verdaderamente mágica... nos costaba una barbaridad dormir.

Mis padres siempre preparaban esa noche con mucho cariño y con buenas dosis de imaginación. Mi padre tocaba a escondidas una campanilla y nos decía que los reyes estaban de camino. En ese instante sólo se podían hacer dos cosas... ¡rezar e irse corriendo a dormir!

En fin, ha pasado el tiempo. Esa noche ha perdido la magia infantil de antaño pero, aún así, conserva un "algo" especial.

Mañana, de entre todos los regalos, el más importante será ver la cara de asombro de mi sobrina que, debido a su corta edad, seguro que disfruta más con los envoltorios que con los juguetes.

¡Un abrazo a todos!


PD: ¡Los Reyes os están mirando por un agujerito! de modo que ¡a portarse bien!