jueves, 9 de septiembre de 2010

Universo "objeto"

No siempre las corrientes cosmológicas contemporáneas convierten al Universo en un objeto causado; es decir, no remiten necesariamente al Logos de la Teología natural. Para Francisco Soler Gil, por ejemplo, existen cuatro modos en los que se ha intentado relacionar la cosmología con la Teología natural, aunque con desiguales y no siempre felices resultados. El primer modo ha sido postular una especie de concordismo; el segundo, considerar el inicio temporal del Universo como Creación; el tercero, la consideración de las peculiares condiciones iniciales del Universo y, el cuarto, el llamado Principio Antrópico.

Estos cuatro modos muestran la consideración del Universo como inteligible y bajo la categoría “objeto”; no autosuficiente, sino dependiente en su existencia de un elemento ajeno a él a modo de causa eficiente o necesaria. El punto central de esta argumentación lo va a constituir la consideración de que todo objeto tiene una causa y que el Universo en su conjunto es un objeto. Si hubiera dentro del Universo mismo otro objeto que pudiera ser causa del “objeto Universo”, no habría razón alguna para negar, a su vez, otra causa de esa causa, y así sucesivamente hasta el infinito.

Pero veamos por separado cada una de estas consideraciones:

1. La primera sería la postulación de una especie de “concordismo”, según el cual la cosmología describiría una cosmogénesis semejante a la relatada en el Génesis bíblico; por lo que la colaboración entre cosmología y Teología sería unísona. Según esta postura no se aceptarían cosmologías que no tomaran el inicio temporal del Universo como absoluto, además de que implicaría considerar el aforismo bíblico de la creación como una narración unívoca y literal.

Ahora bien, en esta perspectiva subyace un grave error: la suplantación de planos y metodologías de estudio; olvidando que “génesis del Universo” y “creación divina” son planos distintos que no debemos suplantar, ni excluir; aun en el caso en que se presente un tipo de cosmogénesis que es incompatible con la admisión de la Creación , o una forma de creacionismo (enarbolada por grupos fundamentalistas), que es incompatible con las teorías que en la actualidad explican la génesis del Universo.

2. Una segunda perspectiva sería considerar el “inicio temporal” del Universo como “creación”. Esta perspectiva entraña un grave problema: confundir “Creación” con “origen temporal” y así olvidar que el término “creación” tiene dos acepciones:

Manuel Carreira Verez, sj.
Manuel Carreira Verez, sj., licenciado en Filosofía y Teología, doctor en Astrofísica, colaborador en investigaciones para la NASA y asesor del Observatorio Vaticano
. Primera acepción: Creación, no “desde” sino “de la nada” ( creatio ex nihilo ); es decir, lo que da inicio absoluto, inicio ontológico, a algo existente. El “desde” refiere un precedente espacio-temporal, un “antes”, que pasa por alto el hecho de que el tiempo no es un elemento absoluto en sí mismo, sino que, junto al espacio, la materia y la energía, llega a ser.
. Segunda acepción: Creación como manifestación de lo que está dado y opera en algo existente; de modo que podemos denominar “creación” a todo cuanto existe

La primera acepción se adentra en el campo de la Metafísica , de la Filosofía. La segunda, en el de las ciencias empíricas, y siempre se deberá precisar en qué sentido se usa el término “creación” y qué alcance y significado se le da.

3. Una tercera perspectiva sería aquella en la cual la cosmología muestra unas peculiares condiciones iniciales que permitieron la aparición de las estructuras posteriores del Universo, perfectamente ajustadas, como siguiendo un meticuloso plan. Sin embargo, en esta postura se pasa por alto el hecho de que no todas las condiciones iniciales del Universo implican el Universo actual.


4. La cuarta perspectiva es el llamado Principio Antrópico, según el cual el Universo está diseñado para hacer surgir observadores racionales en su interior, ya sea porque el despliegue del Universo siguió una trayectoria muy clara que hizo posible primero la vida y luego los observadores inteligentes (principio antrópico débil), o porque desde el inicio estaba marcado inexorablemente el surgimiento de observadores racionales en el Universo (principio antrópico fuerte).

2 comentarios:

  1. Aunque nadie comente nada, estoy seguro de otros como yo le siguen en esta exposición con sumo interés; de modo que ¡ánimo! Que ya falta menos.

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  2. Muchísimas gracias PAINted. Es un alivio saber que está resultando interesante y esclarecedor aunque, bien es cierto, difícil de comentar.

    Un saludo.

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