viernes, 10 de septiembre de 2010

Principio Antrópico


¿Por qué tiene el Universo determinadas propiedades? ¿Por qué el Universo es tal que permite que existan seres racionales?

Estas preguntas, al no tener una respuesta o una comprobación de tipo experimental, salen del campo de la Física , y de cualquier ciencia que estudie la materia, pues, en rigor, ellas van orientadas a ahondar en la operatividad de una materia, ya existente, con las propiedades que experimentalmente se perciben operantes en ella.

¿Es lícito afirmar que la existencia de seres racionales es la finalidad del Universo? No existe ningún instrumento que permita medir experimentalmente la categoría “finalidad”, ni esta puede englobarse en una ecuación matemática. ¿Cómo se puede entonces inferir la existencia de una finalidad?

El doctor Manuel Carreira, sj, pone al respecto el siguiente ejemplo: yo puedo tener un vaso en la mano. ¿Cómo puedo inferir para qué está hecho? No basta con que se le dé el vaso a un físico. Un físico no puede demostrar que un vaso esté fabricado para contener un líquido, en lugar de estar hecho para servir de maceta o para poner bolígrafos sobre una mesa. ¿Cómo podemos entonces conocer la finalidad de un vaso? La única forma lógica de hacerlo es estudiar las consecuencias de que ese vaso exista y determinar qué ocurriría si no fuese así. Pues bien, esto mismo es lo que han hecho los físicos al formular el Principio Antrópico (y han sido físicos, no filósofos, los que se han preguntado acerca de las características del Universo con relación al hombre y lo han formulado).

Por esto podemos preguntarnos: ¿qué ocurriría si el Universo tuviese una masa mayor de la que tiene? Se considera que la masa del Universo en términos físicos es de aproximadamente 10 56 gr. ¿Qué ocurriría si en lugar de esta fuese 10 57 , o qué ocurriría si fuese 10 55 ? Cuando se calculan las consecuencias de este cambio, se llega a una conclusión inapelable: simplemente no estuviéramos aquí.

Cuando se estudian partículas elementales se observa que el protón, que es la unidad de carga positiva, tiene la misma carga que el electrón; pero el protón es mil 836 veces más pesado que el electrón. ¿Por qué? ¿Qué ocurriría si en lugar de mil 836 fuese 2 mil o mil 500?: no estuviéramos aquí.

En Física se habla de cuatro fuerzas, y sólo cuatro. Toda la Física tiene que explicarse como la actividad de cuatro fuerzas: la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Si se compara la fuerza electromagnética con la fuerza gravitatoria resulta que la fuerza electromagnética entre dos electrones que se repelen, pero que se atraen por fuerza gravitatoria, es aproximadamente 10 40 veces más intensa la repulsión que la atracción. La fuerza electromagnética es increíblemente más potente que la fuerza gravitatoria. ¿Podríamos cambiarlo y que fuera 10 41 ó 10 39 ?: No estuviéramos aquí.

Y una vez que hemos visto las propiedades de la materia en lo más grande: la masa del Universo, la fuerza gravitatoria (que es la que estructura las galaxias); y hemos visto la fuerza electromagnética (que es la que produce átomos, moléculas, estructuras vivientes), y comparamos esas fuerzas con la fuerza nuclear, que es la que permite que existan elementos como el carbono, el oxígeno, el hierro, el calcio, todos los cuales son necesarios para la vida, podemos preguntarnos por el planeta Tierra y su estrella Sol.

Nuestro Sol es una estrella un poco mayor que la mayor parte de las estrellas. Pero, ¿qué ocurriría si tuviese un 10 por ciento más de masa? No estuviéramos aquí. ¿Y si tuviera un 10 por ciento menos de masa? Tampoco estuviéramos aquí. ¿Y si el planeta Tierra estuviese a una distancia del Sol un 10 por ciento más cerca o más lejos? Tampoco estuviéramos aquí. ¿Y si la Tierra tuviese un 10 por ciento más de masa? Tampoco estuviéramos aquí. ¿Y si no hubiese Luna?: no estuviéramos aquí, etcétera, etcétera, etcétera.

De modo que la variedad de constantes que hay en el Universo nos inducen a decir: realmente estamos hoy aquí porque el Universo opera meticulosamente, con unos ajustes y con una exactitud extraordinaria.

¿Y por qué el Universo opera así? ¿Por casualidad? ¿Por azar? Decir que es por casualidad, decir que es por puro y mero azar, es lo mismo que decir que es “porque sí” (y “porque sí” es la más irracional y anticientífica de las respuestas).

La “casualidad” en el campo de las ciencias empíricas o aplicadas solamente tiene una manera de calcularse: se calculan las probabilidades de que algo pueda ocurrir de una u otra manera, y entonces se afirma que algo ocurre de una u otra forma, con mayor o menor frecuencia, con mayor o menor probabilidad. Ahora bien, esto no es aplicable al Universo. ¿Por qué?

En primer lugar, porque no existen dos, tres, cuatro o diez universos para realizar comparaciones entre ellos y ver si sus propiedades y constantes aparecen o desaparecen espontáneamente: nuestro Universo es único.

En segundo lugar, el azar no es una categoría física, él no explica, predice o corrobora nada, por lo que no podemos recurrir a él desde las ciencias empíricas para explicar físicamente la existencia del Universo. Además, cuando solo hay un objeto, cuando solo hay una variable matemática, como es el Universo, no es posible realizar un cálculo de probabilidades.

Entonces, ¿qué queda? Pudiéramos decir que el Universo es como es por una decisión finalística en la que el Creador, que es responsable de que el Universo exista, crea con un fin, y el fin lo podemos inferir precisamente de toda esa serie de ajustes que permiten que los seres humanos existamos y que estemos hoy aquí.

De ahí que la racionalidad manifestada y operante en el Universo permita que un ser racional, que procede de él, pueda conocerlo (es por esto que la ciencia “funciona”). Si el hombre está constituido por un proceso evolutivo, no es un ente extraño a aquello de donde procede. Debe darse reciprocidad. Y esto es precisamente lo que afirma el Principio Antrópico: el Universo tiene que estar hecho de tal manera que se corresponda con la dotación racional y cognoscitiva del hombre, pues este procede de él.

4 comentarios:

  1. ¿Soy yo, o es que la galaxia, nebulosa o lo que quiera que sea de la foto es igualita a la cara de un niño vista de tres cuartos?

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  2. ¡Anda! Pues yo también veo lo mismo que usted.

    Le prometo que es del todo casual, me he dado cuenta tras leer su comentario. Puse en Google Imágenes "universo estrellas" para ilustrar este post y elegí esta porque me pareció bonita.

    En fin, no sé si es una pareidolia o si está hecha así "ex profeso". Sea como fuere es una feliz casualidad, ya que el post habla de que la finalidad del universo es dar origen al hombre.

    Un saludo y gracias por comentar.

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  3. Me ha encantado tu entrada, Andy, y son casualidades, pero yo también veo al niño.

    Un abrazo

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  4. Muchas gracias C. Me alegro que te haya gustado.

    Un abrazote.

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